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España está en las semifinales del Mundial.
Son las 6:11 de la mañana del viernes 11 de junio y esa frase es totalmente cierta, por muy calentón de juernes que parezca. La selección femenina absoluta, esa que nunca había ganado una eliminatoria de un gran torneo, esa que lleva un año (ojalá fuese solo un año) rompiéndonos el corazón, de repente ha cogido todos los cachitos y se ha dedicado a pegarlos con nocturnidad y alevosía entre las 03:00 y las 06:00 de la madrugada.
España está en semifinales de un Mundial absoluto. ¿Cómo no alegrarse? Encima han marcado Mariona y Salma. ¿¡Cómo no te vas a alegrar por Mariona y Salma?! Todos somos Marioners (©️Lalu). Todos deberíamos empezar a ser conscientes de que no fue el atletismo quién perdió a una atleta, sino que el fútbol ganó a una deportista que está llevando al futfem español a otro nivel. ¿Cómo no emocionarse con las lágrimas de Alexia, Irene y Jenni? Mierda (Paloma, habla bien, que tú no dices esas cosas). Ellas están allí, ¿y las que no?
Hace justo diez meses, el 11 de octubre de 2022, España ganó a Estados Unidos. Hace justo 10 meses no sabíamos si alegrarnos o llorar. Y ahora, ¿qué hacemos? Todo siguió igual… o no. Unas dicen que cambiaron cosas, otras que nada. Unas volvieron, otras se quedarán sin la medalla (estoy convencida de que volveremos con una). Seguimos culpando, eligiendo bando, justificando, echando de menos. Seguimos con el corazón roto.
Somos la antítesis de lo que debe ser una afición unida. Somos los que creemos que esto encubre todos los males del futfem español y, al mismo tiempo, estamos deseando que pase. Porque estamos a dos partidos de ser campeonas del mundo. ¡Estamos a un partido de la final del Mundial! DAMN (para los de que en inglés suena mejor). QUE PODEMOS GANAR EL MUNDIAL.
Y ese corazón roto, pegado, con todas sus cicatrices, quiere ganarlo. Quiere ser campeón(a) del Mundo. Quiere demostrar que sí, que estamos ahí. Que en España hace mucho que están las mejores jugadoras del planeta. Quiere decirle a todas las niñas que sean futbolistas, si quieren, porque ya pueden serlo. Porque ya pueden dedicarse a ello, ya pueden vivir (y bien) de ello. Ya salen por la tele ¡hasta en La1! Ya tienen femenino el 95% de sus equipos. Ya pueden pelear de verdad por levantar la Copa de Campeonas del Mundo.
Ahora por fin tengo claro qué hacer: No permitir que nada ni nadie me enturbie el poder disfrutar cada segundo de los próximos 180 minutos.
Pd.1 Siempre me encantó el 15 de agosto. Mi Santo. Comíamos con los yayos y había un regalo. Era el día que me regalaban la camiseta de fútbol. Si estuvieran aquí, este año les diría que esperasen. Que no me diesen el regalo el día 15. Porque tenemos una cita a las 10:00 para pasar a la final del Mundial. Y aún no tengo elegido qué nombre ponerle a una camiseta que va a ser histórica.
Pd.2 ¿Qué tendrán en la cabeza cada una de las 23 que están en Nueva Zelanda? Ojalá algún día se atrevan a contarlo, sin caretas, con la mano en el corazón, al Michael Robinson del futuro.